Nuestro Jardín de Tulipanes.

Ella habla demasiado.

Me aturde su voz chillona, mi cerebro no capta todo lo que dice y cambia de tema constantemente.

¿De dónde saca tantas cosas que decir?

No lo sé, pero cuando no habla también la extraño mucho.

No se queda quieta ni por dos segundos y yo solo quiero tranquilidad.

Es algo difícil de explicar.

Cuando está conmigo me molesta, pero cuando no está la necesito.

Por eso salgo detrás de ella por las noches, ella no se da cuenta y cuando lo hace siempre hay una buena mentira que puedo inventar.

Ella es mi otro mitad.

Mitad que debo coser y pegar con pegamento porque es inquieta y escurridiza.

Es tan complicada que me cuesta entenderla.

¿Por qué llora tanto?

Yo no soy bueno consolando gente, soy pésimo, lo máximo que puedo hacer es ofrecer agua.

Es como un cristal que se rompe con cualquier golpe y yo la tengo que cuidar de la misma forma que ella lo hace.

Es tan colorida y radia luz por todos lados que mis ojos no lo soportan.

Es cursi y le gustan las flores cuando yo las detesto.

No sé como acercarme.

No sé si me gusta.

La quiero cerca de mi, pero algún día ella se alejará.

Ella piensa que no tengo sentimientos, los tengo, pero no son todos para ella.

Y cuando son para ella no lo puedo demostrar.

Simplemente me cuesta demostrar mis sentimientos, yo soy más de bromas y sarcasmos pesados.

Ella es más de enojarse y llorar.

Ella es de dar besos y caricias, yo soy de cosquillas y pinchazos.

Ella es de tiernas sonrisas, yo soy más de carcajadas de burlas.

Ella es de medias con orejitas, yo soy de medias grises.

Ella ama las flores de las primaveras, yo soy de la nieve del invierno.

Ella ama las maratones de Disney, yo soy de películas de acción.

En nada nos complementamos, pero yo la quiero hacer feliz, pero al mismo tiempo no quiero que se de cuenta de mis intenciones.

Estoy muy enrredado.

Y sé que también la estoy confundiendo a ella, la estoy lastimado mientras ella solo me está ayudando a me