Mi vida cambió desde ese día, ya no me quedaba nada, a excepción de pequeños recuerdos que se abrían paso en mi memoria. Mi vida se desmoronó en un instante, la pena, la soledad y la tristeza reemplazaron mis sonrisas, por ese motivo ya no creo en los finales felices. No creo en los cuentos de hadas.
4 parts