Jay es el matón preferido de su jefe, un asesino a sueldo de sangre fría que hace lo que haga falta con tal de sobrevivir. Yoongi es el hijo del jefe, el único heredero de la mafia de su padre, y odia con toda su alma ese mundo. Jay y Yoongi se caen bien así que es una alegría para ambos cuando se ven obligados a pasar más tiempo juntos en el trabajo, pero nada sale bien durante demasiado tiempo cuando trabajas con traficantes, mafias y tienes al peor hombre del mundo dándote órdenes. Pese a su amistad, el contador corre marcha atrás para Jay y Yoongi, y cuando el tiempo se les agote tendrán que decidir si miran por ellos mismos o intentan salvarse el uno al otro.