[Atención: Este relato contiene spoilers de la segunda temporada de Loki, evite la lectura del siguiente contenido si aún desea disfrutar de la serie]
En el abismo del Fin de los Tiempos, tras los eventos de la serie, Loki se erige como el Dios del Tiempo, mejor conocido como "Aquel que Permanece".
Retrocediendo al año 2012, antes de la batalla en Nueva York, Loki se cruza con una niña humana de 8 años que vislumbra en él algo que otros no ven en ese instante.
Ella, en toda su inocencia y creyendo que se trata de un héroe, le ofrece su amistad de inmediato. Aunque Loki inicialmente considera utilizarla, sin darse cuenta, se encariña y la cuida durante todo el tumultuoso período.
Tras la derrota de Loki a manos de Los Vengadores, la niña, que se había encariñado con el villano, se niega a abandonarlo. Su insistencia la lleva a Asgard, donde logra visitarlo en secreto en los calabozos del reino.
El tiempo avanza, y ella eventualmente llega a la TVA, convirtiéndose en aprendiz de Mobius. Al final de los eventos de la segunda temporada, la chica logra pasar un momento con Loki, ofreciendo algo que, con dolor en su corazón, Loki no puede aceptar.
La misión ha terminado, destruyendo el espíritu de cada semi-dios como ha podido. La guerra se acerca y Asgard ya no es un hogar.
Después de un un mes entero huyendo, Emma decide que es hora de enfrentarse a su destino.
Ser aliada del bando enemigo le traerá como consecuencia separarse de los que ama, convirtiéndose en la nueva reina de los Drakones y la mano derecha de Loki.
Por lo tanto, Daniel se convertirá en el enemigo número uno de su antigua mejor amiga, enfrascándoles en una carrera contra reloj para convencer a los clanes perdidos de unirse a sus respectivas causas y ganar la guerra.