Elizabeth Evans tenía una vida normal, trabajaba en una cafetería, era empleada del mes, tenía un gato, escuchaba a Taylor Swift y todo iba con tranquilidad, claro, hasta que llega él. Charles Cooper, un empresario exitoso que estaba de visita en la ciudad para cerrar unos negocios, va a una cafetería para distraerse un poco y termina quedando hipnotizado por la chica de ojos avellanas y lindos hoyuelos que lo atendió, llevándolo a él a ir todos los días a la cafetería solo para verla. -¿Qué deseas ordenar esta vez?- -Una cita contigo me encantaría, ¿se puede?- Él dice, con una sonrisa encantadora.