Los errores de Crowley le servirán de lección a los que creen en la inocencia del mundo, que sepan que una cara bonita no es sinónimo de bueno, porque Aziraphale podía ser todo menos bueno. En el mundo de la mafia Crowley lo quería todo, su ambición era como un hambre mordaz, iba como moribundo en busca de más, nunca era suficiente, nada lograba saciarlo, ni siquiera Aziraphale, eso a la larga se vuelve un problema y el cazador se vuelve la presa.Todos los derechos reservados