Yeri y Edward son mejores amigos. Infancia, adolescencia y adultez repleta de recuerdos uno con el otro. Las amistades duran para toda la vida, y las relaciones amorosas no, o eso es lo que dicen. Y es cierto. ¿Verdad? ¿Por qué arriesgarse? ¿Merece la pena el intento? Puedes intentarlo, o pasar toda la eternidad pensando ¿qué hubiera pasado si lo hubiera hecho?. Depende de ti. Tú lo sabes. Pero el tiempo pasa. Y tal vez ya es demasiado tarde para hacerlo. Ese hilo de pensamientos no salía de la mente de la pelirroja, mientras veía en sus manos aquello que cambiaría su vida por completo. El único sonido de la habitación era el ventilador, y su corazón martilleando en sus oídos. Un anillo.