A veces, cuando crees que no puedes odiar más a una persona, resulta que acaba siendo la que más te importa. A mí me pasó con Olli, aunque la verdad es que yo sí me lo esperaba un poco, al final siempre hemos sido bastante raritos en cuanto a nuestra relación de amor-odio. Pero supongo que eso es normal cuando tienes dieciséis, ¿no? Al final va a ser verdad eso de que entre cocodrilos las mordidas son más fuertes.All Rights Reserved