Para Anabeth Nueva York siempre fue una ciudad complicada, muchas personas, cientos de edificios, cero paz y tranquilidad. Odiaba esa ciudad. Para Tom, siempre fue un sueño. Una ciudad llena de oportunidades, buena vida, y personas con las que compartir. Lo único que Nueva York le podía ofrecer a Anabeth, era el New York Times. Uno de los periódicos más importantes del mundo, y en el que Anabeth soñaba con trabajar. Aunque eso conllevará vivir en una ciudad donde la palabra tranquilidad era una mera ironía. Tom, en cambio, tenía una vida hecha en la ciudad que nunca duerme, un hogar, un trabajo. Todo lo que alguna vez pudo soñar mientras vivía en el Reino Unido. Quien diría que aquella ciudad por la que tenían sentimientos tan encontrados sería la ciudad que los uniría.