Ella tenia un corazón dorado, el tenia una pieza del suyo entre millones. Lastimado, nadie permanecería a su ayuda, excepto ella. Y no sabia lo mucho que el habia pasado ni lo mucho que profunda era su herida, pero lo intentaría, intentaría curarlo y curarse a si misma, apartar esa soledad nata que el azul les habia provocado. Y aunque su intención no fuera esa, conquistaría un corazón fragmentado, no significaba que su amor fuera menos fuerte, que incluso daría paso a la vida y a la muerte, que con mucho trabajo encantaría sus ojos esmeraldas aun sin comprenderse a si mismo hasta que el momento sea indicado, hasta que ella le robara un beso.