Varias veces, cuando era niña, soñé con un apocalipsis; Estaba escondida bajo la cornisa de una ventana junto con mi hermana, y desde nuestro escondite podíamos ver las piernas y los pies de las criaturas, y podíamos escuchar los gritos de terror de la gente; Pero yo no sentía miedo.
En el mismo sueño, uno de estos seres se agachaba y nos veía, encontrándonos en nuestra guarida, para luego con un cuchillo hacerme un profundo corte en la garganta.
Recuerdo que podía sentir mi sangre brotar, podía verla gotear y teñir el piso, y mis manos se mancharon cuando cubrí mi cuello con ellas. Entonces mi hermana me preguntaba, "¿Cómo se siente morir?" Y yo le respondía: "Nada, no se siente nada"
Me pregunto cuántas más mentiras me contaron mis sueños.