Todo lo que pudimos ser

Nunca me he enamorado tan profundamente en mi vida, porque sólo lo he hecho una sola vez en mis dieciséis años.

Y enamorarme de ella, podría pensar que tal vez es un error, pero no lo es. Y si lo es, sería el error más apreciado que tendría.

Siempre pensé que me enamoraría de la típica chica "popular" de la secundaria, pero en realidad, me enamoré de la que es callada. De la que se sienta en los últimos asientos del aula y en cada momento tiene sus auriculares, sin prestar atención a su alrededor.

Cada segundo que la veo, canciones asquerosamente cursis invaden mi mente.

Desde la primera vez que la ví, supe que mis ojos no mirarían a alguien más, ¿Y sabes qué es lo peor? Que no podré acercarme, no podré hablarle y no podré pasar el tiempo con ella.

Porque ella me describe como el chico popular que trae a todas las chicas atrás de él, las usa y las deja de lado luego.

Y yo la describo como la chica que es diferente, es amable y no se podría comparar con nadie. La que, con tan sólo verla, mi corazón da mil vuelcos y mis nervios hacen que me quede perplejo mirándolo.

Porque yo soy el "popular", y ella es una de las que en la secundaria, son las simples y conocidas por sus amigos.

Porque ella piensa que yo soy una mala influencia, y yo pienso que ella es la única que ronda en mi cabeza.

"Eso sonó cliché."

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#839 en romance adolescente. 17/12/23