Nos obligan a olvidar que sentimos. La frivolidad de este mundo nos hace olvidar los sentimientos. Y los olvidamos, sí, y no sabemos cómo expresarlos, porque somos almas seducidas por la mentira y no esencias libres de volar por los cielos. Nadie nos enseña a sentir; nos enseñan todo lo contrario: a no hacerlo, a no aprenderlo jamás por el peligro para la razón, por el alivio para el ser, que podría significarnosCreative Commons (CC) Attribution