Dos amores, un solo protagonista. Yo. Me enamoré a los 15 años de una forma graciosa y muy extraña, aunque hoy a los 23 años no me arrepiento de haber vivido todo lo que viví, si hubiese deseado haber amado a alguien más, a mi mismo. Para ti, que quizás en algún momento de esta vida leas esto, te amé lo más que pude y más de lo que te merecías. Esta es la despedida para el amor que pudimos haber tenido y que hoy acepto que nunca podremos tener. Hasta otra vida, R.