Siempre escribo pensando que nadie va a leerme, porque así me siento libre. Sin la presión de seguir reglas, de buscar belleza en cada palabra, de que cada verso tenga la métrica perfecta. No me malinterpretes, no soy poeta, ni quiero serlo. Estas palabras no buscan ser grandiosas ni admiradas. Son solo pedazos de mí, pensamientos que no digo, noches sin dormir y momentos que me hacen ser humana. Si aún así decides leerme, te invito a hacerlo sin expectativas, sin esperar algo sublime ni profundo. Tómalo como lo que es: un pequeño trozo de mi alma, hecha de dudas, de miedos, de lo que vivo y siento en lo más íntimo. Si encuentras algo que resuene en ti, que te haga sentir menos solo o más comprendido, entonces tal vez habré hecho lo que quería: compartir mi verdad, en su forma más cruda, sin adornos, sin filtros. Así que si decides quedarte, te invito a hacer tuyo este pedazo de lo que yo llamo mi poesía.