En un mundo sombrío, en un país lleno de dolor y miseria, encontramos a la región desdichada de la Capital, terreno de asesinos en dónde con abyectas armas ellos que las poseen buscan la misma muerte de sus enemigos y de los mismos inocentes, por más fuertes o débiles que sean, ¡bienvenidos sean a la Capital camaradas, tierra de dolor y sangre!