Ha pasado todo un año desde la derrota de Opaline Arcana. Y ahora las cosas han cambiado de una forma más que considerable.
Pero vaya que han cambiado.
Actualmente, Hitch Trailblazer está felizmente casado y si bien aún no tiene más hijos además de su bebé dragón de nombre Sparky. Todavía no pierde la esperanza de que algún día, ya sea que pase en un futuro lejano, pero aguarda porque eso puede ocurrir. Por el momento, él ya es feliz en compañía de ellas. Porque sí, ciertamente, no se trata de una sola chica, sino que en realidad, son varias las que han querido formar una familia con él, una relación bastante... peculiar a decir verdad.
Hitch no tiene una sola, tiene seis esposas y esto significa, que Sparky ahora no tiene solo una, sino que tiene a varias mamás. 6 en específico. A tres unicornios, a dos pegasos y a una poni terrestre, que de vez en cuando se transforma en un alicornio cada vez que ella lo desea.
La primera es ella, una chica que desde siempre, ha sido su mejor amiga desde tierna infancia y que en realidad, siempre había sentido algo más por él. La segunda es una unicornio, más que alegre e inocente, que es de todas, la que también más amamanta y mima al pequeño dragón bebé, la tercera, es una pegaso de pelaje mayormente blanco, intrépida, salvaje y de espíritu libre, la cuarta es justamente su hermana menor, de personalidad glamurosa y una total amante de las redes sociales, la quinta, es la segunda de las tres unicornios, de cabellera rizada con una personalidad más que tímida y la sexta, tambien la tercera de las tres unicornios, siendo ella la menos abierta y más reservada de las 6, al menos en lo que a tratar con las otras chicas respecta. Porque con su amado esposo, ella es más que amorosa.
He aquí, Hitch jamás se esperó, verse viviendo una vida como la que tiene ahora. Pero al final de cuentas, se trata de sus mejores amigas, de su familia y no los cambiaría a ninguno de ellos, por nada del mundo.
¿Qué pasaría si una preadolescente entrara al juego del calamar? Todos los jugadores tienen deudas, problemas, algo que los llevó ahí... pero ella no.
Nadie le dio la tarjeta, nadie pensó en reclutarla. Sin embargo, no podían sacarla.
Era demasiado tarde; ya era parte de los juegos.