Para Eduardo, mudarse a un nuevo pueblo debido al trabajo de sus padres significaba dejar atrás a sus amigos y sumergirse en lo desconocido. La ruptura con su novia debido a la distancia fue un golpe duro, pero lo que no esperaba era perder también a sus amigos. Sin embargo, en medio de la incertidumbre, descubrió la casa de su vecina, un remanso de paz adornado con flores amarillas y habitado por una joven intrigante. Aunque ya no tenía novia ni amigos, ¿qué importaba cuando podía pasar tiempo con ella? Ahora, tenía la oportunidad de descubrirlo todo de nuevo.All Rights Reserved
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