Cansada de tener que aguantar a sus padres todos los veranos Sofía decide que este año será diferente. Sin pensarlo ni un segundo se apunta a un voluntariado en Australia de última hora, donde, como era de esperar nada termina saliendo como pensaba y acaba teniendo que compartir piso con su coordinador y su amigo, el cual es un egocéntrico antipático que solo le complicará más las cosas. Pero por otro lado, pasar el verano en Australia tampoco puede estar tan mal...