¿Alguna vez te has sentido obligado a realizar acciones que van en contra de tu voluntad?
Hablo de esas pequeñas obligaciones diarias como ir a la escuela, trabajar o comer algo que no te agrada. Son tareas aparentemente insignificantes, pero aún así, pesa sobre nosotros el deber de cumplirlas, aunque sea algo completamente trivial.
Ahora, planteo otra pregunta.
¿Alguna vez te han control?
Esta vez no me refiero a las cosas mundanas. No hablo de forzarte a comer algo que no te gusta o de la obligación de asistir a la escuela. Me refiero al verdadero control...
Control sobre tu vestimenta, tus acciones, tu manera de hablar y hasta con quiénes te relacionas. Un control que invade cada aspecto de tu vida, incluso llegando a dictar tus pensamientos.
En esa situación, dejas de tener el poder de elección, te conviertes en un títere de las directrices externas. La línea entre lo correcto y lo incorrecto se desvanece, y tu vida ya no te pertenece. Te conviertes en un prisionero de lo que te dicen y de todo lo que te rodea, hasta el punto en que tu propia identidad se desvanece por completo...
Todos los personajes, dibujos, y de mas no son de mi autoria. Creditos a sus respectivos autores.