"- ¿Queréis hacer una apuesta?- nos miramos los dos, dudando. No nos fiábamos mucho de Leo.
- A ver
- Decís que podéis pasar por amigos y nadie se daría cuenta, que no estáis todo el rato encima del otro.
No me gustaba por dónde iba esto, sobre todo por la sonrisa que tenía dibujada en la cara. Leo siempre había sido un pequeño diablo.
- ¿Y qué ganamos? - Lucas respondió sin mirarme.
Podía ver cómo a nuestro alrededor se nos habían quedado mirando expectantes.
- ¡Si lo que conseguís os pagamos una cena entre todos! - gritó Estela desde el fondo de la casa.
Todos nos miraban emocionados por la idea. Suplicando que aceptáramos.
- ¿Qué piensas? ¿Lo hacemos? - Lucas se giró hacia mí, evitando toda la gente de alrededor.
- Sabes que también están mis padres, ¿no?
- Pequeños problemas. Pero va, vamos a demostrarles que podemos estar separados unos días. Será divertido.
- ¿Entonces tenemos trato?- Leo seguía mirándonos sin perderse ni un detalle.
- Trato.
En el momento acabó de hablar Lucas se giró y me besó, el último en público por un tiempo. A nuestro alrededor se empezaron a quejar y creo que algún cojín del sofá voló. Pero nos dio igual, había que disfrutarlo, y vaya si lo hicimos."
Esto es lo que paso cuando les dicen a Lucas y Reyna que no son discretos, que cualquiera podría ver que están juntos aunque no se tocasen.
¿Será verdad o no lo lograrán?
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.