Baekhyun tiene un hijo al que ama y por él que haría cualquier cosa, es su razón de vida pero también tiene un millón de errores de su pasado con los que aún carga. Una incertidumbre infinita se apodera de él cada día pero trata de vivir con decencia hasta donde le es posible y prolonga su convalecencia hasta el reencuentro con parte de su pasado, Park Chanyeol, ese tipo del que debería estar prohibido hablar, pero no tanto, por qué a Baekhyun aún le gusta recordar, aunque no sea mutuo. Chanyeol solo ha mejorado con el tiempo, como si la brisa del humo de sus cigarros dejará ver más allá de él, además de su apariencia madura y encantadora, aún tiene cosas pendientes, pero la idea de gritarlo directamente, parece menos atractiva que poder guardarse el rencor toda la vida. Todo se complica cuando Baekhyun se convierte en el niñero de su primogénito, conviviendo en la misma casa, que a la vez parece ocultar miles de secretos.