"¡ELLA ES MÍA!" - León gruñó tan fuerte que incluso yo me estremecí - "Voy a matarlo", continuó León. "Él no la tocará. No la tendrá. No lo permitiré" "Si la cagas, Logan, te meteré mis garras en el culo" "No la cagaré" - suspiré - "Otra vez no. No la perderé. Ella me pertenece. Ella es mía, y sólo mía" "Me alegro de que finalmente estemos en la misma página" - gruñó León - "Lástima que no me escuchaste cuando descubrimos que ella era nuestra compañera. No habría otros hombres persiguiéndola en este momento" "Cállate, carajo" - gruñí en respuesta. Lo bloqueé y respiré profundamente. Sus palabras sólo alimentaron mi ira y mis celos. Sabía que tenía razón. Si la aceptara, como debería haberlo hecho, ahora no habría ni Jacob ni Drake. Sienna nunca habría podido quitármela. Ella sería marcada, emparejada y mía. Nadie me la habría quitado.