Siempre creció bajo la tutela de ser un "arma", una herramienta para los altos cargos del ejercito, la Legión de Reconocimiento. Todos pensaban que no tenía sentimientos al ser capaz de asesinar a todo un país con una simple orden, al igual que torturar a mujeres y niños sin emitir ni una sola expresión... No obstante, todos eran capaces de notar el extraño apego que la asesina disfrazada de niña tenía hacia su superior y amo, el Capitán Levi Ackerman, el responsable de su uso y de cada una de las órdenes que ella acatara...
No obstante, todo eso acabaría en el momento del fallecimiento de Eren Jeaguer. Dos años pasaron hasta que la joven arma despertó tras ser herida gravemente en batalla y perder los dos brazos en el proceso, deseante de recibir nuevamente las ordenes de su Superior. Pero lo único que recibiría, sería el desprecio de ese hombre quien ya no era el mismo de antes tras la guerra que le hizo perder absolutamente todo:
"-Vete... Huye y vive libremente, Violet...
Al escuchar su nombre ser pronunciado, ella respondió con una voz llorosa:
-Capitán... No. No entiendo -Era un tono que no quería escuchar desde la vez que falleció Erwin-. ¿Por qué me está dejando aquí? ¿Realmente perdí mi valor para usted? ¡Aún puedo servirle! ¡Déjeme estar a su lado! ¡Yo...! Yo..."
Ahora, sin próposito, sentido, ni Capitán del cual recibir ordenes, la joven experimentara nuevas vivencias lejos del campo de batalla. Aprendiendo lo que es tener sentimientos, sufriendo como nunca antes lo hizo al entender todas las vidas inocentes que arrebató alguna vez, ardiendo irrefrenablemente, y... finalmente entendiendo aquellas palabras que su Capitán le dijo alguna vez... "Te amo".
-Capitán, por favor... -suplicó el llanto- Déjeme verlo una vez más.
-Vete -Le gritó el hombre dueño de su cuerpo y alma tras la puerta de madera, por más que su interior rogara decir todo lo contrario-. No quiero... volverte a ver nunca más...
-¡Capitán! ¡Yo.