A veces, los pensamientos son tu mayor enemigo, las voces en la mente que dictan oraciones las cuales vienen desde lo más profundo del alma, pero esas voces son las causantes de eventos en la realidad, porque ¿Quien diría, que cumpliría lo que en aquellas palabras estaban aquellas ordenes? Tan concisas y pactadas con gran disciplina, no dando lugar a negarse ni tampoco a dudas. Aterrada, me entregue a la única cosa conocida que había en aquella habitación, porque ¿Quien diría, que solamente la oscuridad sería mi fiel amiga?...