Cuando un maharaja pierde toda su fortuna debe dejar ir su posición más valiosa, su hija menor, la princesa Nirvana, ella entendía la situación de su padre por eso se sacrificó antes de dejar a sus hermanas mayores. Siempre fue la más valiente y sobre todo la más acomedida, siempre dispuesta a sacrificarse por su familia. Vendida a Crimea, luego a Crimea y luego enviada al palacio del sultán Suleiman en dónde debería sobrevivir