Rosaline trabaja en un taxi por mero placer, o al menos eso dice. Desde su primer día se da cuenta que no será un trabajo sencillo, pues desde el momento en que hace su primer viaje, se ve involucrada a más no poder en la historia de su pasajero, pero todo sea por ayudar. Conocerá a muchas personas, de las cuales aprenderá y ayudará. Sin embargo, existe una razón por la que ella se mudó a esa ciudad y es otra muy distinta a ayudar o disfrutar. Su estancia ahí tiene un cronómetro y ella tiene que tomar una decisión una vez que llegue el final que tanto evita.