Ya he cumplido mis 40 años y tengo que confesar que nunca he sido jugador profesional de futbol, ni tampoco me he destacado por mi habilidad u olfato de gol. Desde que tengo uso de razón juego a la pelota y siempre en la defensa. Por eso me atrevo a escribir este decálogo del buen defensor amateur, para que sirva de inspiración y guía a las futuras generaciones defensivas.