La vida perfecta de cualquier chica de 20 años, quien entra a la universidad de sus sueños, la más popular de la clase, con muchos amigos con los que sale a fiestas, con el novio ideal que es el líder de equipo de futbol, con padres exitosos y cariñosos, en fin, la chica perfecta en el mundo perfecto...
Pero la verdad es que yo no tenía nada de eso, soy más bien la chica que perdió a sus padres en un accidente cuando yo era una niña, la que no es la más bonita ni la más popular de la clase, el bicho raro, eso es lo que me repetía cada mañana que me miraba al espejo y me preguntaba por qué yo, porque no me siento lo completamente feliz, porque siento que el mundo gira y todos son felices y yo solo existo, sin encontrar el motivo para seguir o eso era lo que pensaba antes de conocerlo...
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.