Inesperado, inesperado es que de la noche a la mañana todo puede cambiar, la percepción de las cosas hacia tu persona y a la vida en sí, de igual forma, como si nuestra alma caminara a través de un puente de madera astillada y tenue a cada paso, logras sentir como si estuvieses en una balanza, cada suceso aparentemente insignificante, puede cambiarlo todo.
Me di cuenta de que mi forma de ver las cosas era muy diferente a la expectativa de otras personas, para ser sincera, nunca me importo.
Así como la vida está en contante cambio, también evoluciona mi manera de pensar.
Me preguntó, ¿que deparara el destino?
Recuerdo aquel día en el que me encaminaba hacia el sótano de la casa, en un intento por apartarme de la rutina y acercarme a ese sitio donde yo resguardaba las pertenencias que alguna vez fueron de la persona a la que tanto amaba.
Entonces me ví sumida en la oscuridad, incapaz de ver a mi alrededor.
Me pareció algo inusual, recuerdo que había pagado la electricidad hace dos días, ¿realmente me tenía que suceder en este momento?
En medio de mis caóticos pensamientos considere que la mejor idea era salir de ahí, pues creí que encontraría las respuestas que necesitaba.
Una sensación extraña me invadió al percatarme de que las calles estaban solitarias. Aunque fue raro, algo positivo de esta situación era que no se encontraba la irritante vecina.
Frustrada en mis pensamientos, dirigí mi mirada hacia las estrellas, cuando de repente...
(Está historia es propia, los personajes no, excepto algunos que se mostrarán a continuación, la foto del perfil del fanfic tampoco es mía, si no de su respectivo autor).