Un día, un bardo entró en su café. "Una súplica de vino de diente de león de Mondstadt-" "No. Esto es un café", él rápidamente replicó. Al día siguiente, entró un caballero refinado. "Un Osmanthus Wi-" "Esto es una cafetería", recordó. El otro día, entró una fría belleza violeta. "Un Dango Mi-" "Cafetería", sólo dijo una palabra. Otro día, entró un niño de pelo blanco. "¿Puedo tener umm..." "Toma, puedes tomar este té descafeinado", le dio algo que no le revolviera el estómago. Luego, el día que se suponía que tenía el día libre, alguien irrumpió en su café sin avisar. "¡Jaja! Yo, Focalors, los invito a-" "...Lady Furina, si vuelve a hacer esto, llamaré en serio a Monsieur Neuvillette", él la amenazó. "...", ella silenciosamente fue a una de las mesas y se sentó. 'No puedo tomar un descanso...', Isaac solo pudo suspirar con las travesuras de los Arcontes. Autor: Unusual_ (La historia no me pertenece y es una traducción, todos los derechos a sus respectivos creadores)
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