En un mundo donde las jerarquías laborales estaban marcadas por prejuicios injustos, Louis encontró su escape. Trabajando con el apuesto y amable alfa Harry en la empresa Styles, dejó atrás a su antiguo jefe, un insensible idiota que había limitado su ascenso solo por ser omega. La conexión entre Louis y Harry se forjó en una conferencia, llevándolos a desafiar las normas obsoletas y construir un camino donde el talento prevaleciera sobre las etiquetas. Así comenzó la historia de un cambio radical para Louis, lejos de la mediocridad y el menosprecio, bajo la tutela de un alfa que valoraba a todos por igual.