Mentiras blancas

Milena está casada con un prestigioso abogado que la tiene como una princesa en casa y sin mover un dedo; sólo debe ser una esposa trofeo sin preocuparse por nada más.
Sin embargo, no es feliz. Se ha entregado a su matrimonio y abandonado todos sus sueños como le ha ordenado su amoroso marido. En lugar de una «vida perfecta» siente que está en una jaula de oro.
Sólo encuentra un poco de alegría en los recuerdos de aquella mágica noche en la que conoció a Fenrir, el hermano mayor de su mejor amiga, y cómo le entregó su virginidad en aquella fiesta de Año Nuevo.
Él se marchó y Milena sólo pudo saber del misterioso chico por medio de las redes sociales. Observó en la distancia cómo se convirtió en un talentoso artista del tatuaje y las obras de arte que cubrieron su piel.
Nunca más se volvieron a ver. Fenrir sólo vive en los recuerdos y las canciones de «White Lies» que ella escucha todos los días.
Hasta esa noche, cinco años después.