En las sombras eternas, su trono se alza, Satanás, el oscuro, con poder y templanza. Con fuego en sus ojos y astucia en su ser, En su reino infernal, rige con poder. Engañador de almas, maestro en seducción, Satanás, el caído, despierta la atracción. Con susurros malignos, tienta al corazón, Sembrando el pecado y la perdición. Pero en su afán de dominar y gobernar, Olvida que el bien siempre va a triunfar. Pues la luz siempre vence a la oscuridad, Y el amor divino nunca dejará de brillar. 'un verso dedicado a satan'