En diciembre de 2023 le dije "veámonos en Montevideo" a una chica que jamás me dijo su nombre. En enero de 2024, mi mundo cambió completamente. Ya no podía salir como antes sin que extraños me parasen por la calle. La mayoría tenía buenas intenciones, pero con el correr de los días aquellos gritos comenzaron a producir un efecto extraño en mí. Ahora, aquel reconocimiento que tanto había anhelado, me agobiaba. Ahora, solo podía pensar en encontrarme con aquella chica sin nombre.