La crudeza del camino fue forjando mi destino, destino que creía perdido hasta que la conocí. Sin amor, sobreviviendo entre las injusticias del ser humano, teniendo que transformarme en algo que mi naturaleza no dice porque quién no se adapta, muere y yo no quería morir. Y a veces, deseaba la muerte si con eso lograba ser libre. Entonces llegó, mi pequeña Aruna, y todo cambió... para los dos.