8 parts Ongoing MatureLas reglas no podían ser más sencillas, es más, ni siquiera debimos toparnos alguna
vez, pero cuando lo conocí, tres cosas vinieron a mi cabeza.
1- No mezclar la consagración con la mafia.
2- No olvidar mi voto de celibato.
3- Jamás pensar que un hombre es atractivo.
Vasilisa.
Un hecho me marcó cuando tenía dieciseis años, elegí la vida del celibato y el claustro para poner una barrera entre todo ser masculino y yo. Aquí me siento segura, no tengo distracciones, mis miedos los mantengo a raya, y nadie volverá a obligarme otra vez, yo estoy a salvo.
O lo estaba, hasta que los demonios de cierto hombre se enfocaron en mí, un hombre, sin sentimientos, sin remordimiento, curioso, terco, peligroso, y condenadamente atractivo.
Zhar.
Mi padre siempre supo que viviría para el éxito, nací para heredar el cargo más alto de la Bratva en cuanto tuviera la edad y el corazón para soportar los horrores que el mundo no quiere ver, pero él fue afortunado, porque no nací con un corazón, un neurotípico diría que soy psicológicamente inestable, un psicópata, impulsivo, incapaz de sentir o expresar emoción ¿Quién mejor que yo para dirigir el imperio criminal de la familia Romanov? Nuestro apellido proviene de una antigua dinastía imperial rusa, siempre estuvimos en el poder de una u otra forma, y así continuará siendo, de eso me encargaré yo. Siempre estuve enfocado, hasta que cierto cervatillo asustado se cruzó con mis demonios y para su mala suerte, cuando atrapo algo que llama mi atención, no soy muy bueno soltándolo...
Ese cervatillo acaba de convertirse en mi presa.