Eramos tan opuestos, personalidades complemente distintas, maneras de pensar incomparables, personas inigualables, pero por alguna extraña razón, me perdí en aquellos ojos azules y mirada serena enamorándome de el y cada pequeña imperfección que poseía.
Lo que más me dolía era el hecho de que yo no era lo suficiente para el, ni el para mí, pero la vida nunca termina de sorprenderme y desafiarme.
Demostrándome que el amor es más fuerte que cualquier par de opuestos, inclusive nosotros dos.