Pablo, tímido y vergonzoso como siempre, es atrapado por ¡el sexi chico que le gusta! y si, en una situación digna de sus torpezas. Apenas lleva dos semanas de independencia de sus padres, sus nada atrevidos 22 años, con su poca vida social y su absolutamente nada de... NADA en su vida, y... su padre, lo obligaron a armar sus valijas y aventurarse a vivir solo. El estaba cómodo, tranquilo, nada impresionante le pasaba, no era de rutinas obsesivas pero, vamos, solo su vida diaria -dormir, desayuno, trabajo, almuerzo, cena- era todo lo que hacia. No sé había dado cuenta que le faltaba más. O quizás si, si lo sabía, pero era demasiado introvertido y solitario para animarse a hacer cualquier cosa.