Los sirvientes del castillo tenían prohibido tener ningún tipo de contacto con los reyes o los príncipes. Debían ser totalmente invisibles. Lo mismo ocurría para la realeza. El sirviente que rompiera esta regla sería despedido del castillo para siempre, podía ser hasta exiliado. Él era un príncipe... Ella era una sirvienta...All Rights Reserved
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