Angie Williams era una chica miedosa pero decidida, y estaba dispuesta a dejarlo todo con tal de cumplir sus sueños (aunque tal vez no supiera con exactitud cuáles eran). Fue así hasta que esos ojos verde esmeralda se adentraron en su vida. Samuel Collins vivía día con día, sin mucho que esperar de sí mismo y demasiado deprimente para su propio bien. Su mentalidad y actitud pesimista cambió cuando la chica con pecas y mucha energía llegó a cambiar su rutina. Cuando todo en tu vida es un completo desastre ¿Tienes a donde huir para sentirte a salvo? Ambos pronto descubrirían que su lugar seguro era estar juntos. O al menos eso parece.