Empezaba otro año y Ana de 39 seguía estancada entre la rutina, los hijos, un empleo sin reconocimiento y un marido sin pasión. En la noche de año nuevo hizo varios rituales para lograr cambiar su suerte. Uno de ellos le dio resultado. En un abrir y cerrar de ojos, apareció en un lugar oscuro frente a una dragona que le concedió su deseo: escapar de su vida actual. Ana cayó en un mundo mágico, donde iba a ser la hechicera más poderosa, pero debía destronar a Scafar antes de que cumpliera un año en ese nuevo mundo, o moriría.