Destinados + 18( Borrador) En Proceso
  • Reads 187,677
  • Votes 9,838
  • Parts 54
  • Reads 187,677
  • Votes 9,838
  • Parts 54
Ongoing, First published Jan 21, 2024
Emma Brown es una joven pintora y estudiante de Bellas Artes. Su vida está llena de colores, pinceles y lienzos, y su mundo gira en torno a la creación de belleza a través de su arte.

Por otro lado, Alessandro Ricci es el líder de la mafia italiana. Su vida está llena de peligros, poder y control. Su mundo es oscuro y está lleno de secretos, donde cada decisión puede ser cuestión de vida o muerte.

Ambos son polos opuestos. Emma es tan tierna y dulce, su corazón está lleno de amor por el arte y la belleza. Su sonrisa puede iluminar cualquier habitación y su bondad no conoce límites.

Alessandro, en cambio, es frío y amargado. Su corazón está endurecido por las duras realidades de su vida. Su sonrisa rara vez se ve y cuando lo hace, es más una mueca que una expresión de felicidad. 

A pesar de sus diferencias, sus caminos se cruzan. ¿Qué les deparará el futuro? Sólo el tiempo lo dirá..
All Rights Reserved
Sign up to add Destinados + 18( Borrador) En Proceso to your library and receive updates
or
#140destino
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 10
Bajo tu Dominio  cover
Te Odio Armstrong  cover
Possessive cover
EL IMPERIO DEL DRAGÓN cover
MIA // Freenbecky(G!P) cover
𝐄𝐱𝐜𝐞𝐬𝐨𝐬 |Ivan Guzmán| cover
La perdición de los Walker +18 cover
Profesora o madrastra? // Freenbecky (G!P) cover
Peligrosa atracción  cover
Sangre y Poder. cover

Bajo tu Dominio

70 parts Ongoing

No la buscaba a ella, ni siquiera me parecía importante su jodida existencia. Pero la vi. Y eso lo jodió todo. La primera vez que vi a Anastasia, no fue una elección. Fue una coincidencia. Una de esas que se clavan en la piel y te carcomen la cabeza. No era especial. No era alguien que mereciera mi atención. Y, sin embargo, en cuanto la miré, no pude dejar de hacerlo. Me obsesioné. Como un puto animal en busca de presa, la seguí con los ojos, con el pensamiento, con cada maldito resquicio de mi conciencia. No había razón lógica. No había un propósito más allá del deseo irracional de verla temblar. Anastasia no lo sabía, pero ya era mía. Y cuando finalmente la tuve frente a mí, cuando supe que no podría escapar, entendí algo: no era solo deseo. No era solo obsesión. Era el placer retorcido de poseer algo que nunca debí tocar.