Había sido obligado a convertirse en un mero objeto de placer por los deseos egoístas de una mujer sin conciencia. Su reino lo había entregado como pago de una ofensa no cometida. El poder y codicia de la princesa lo habían encerrado en este trato corrupto. Entonces Jade recurriría a las viejas leyes de Arbezela para liberarse. Aunque eso significara aliarse con el que era considerado el enemigo de la codiciosa mujer. ─La historia de "Las Joyas de la Princesa" no me pertenece, créditos a su respectiva autora Jyun.