¡Cuidado!¡Rehen suelta!

La noche era hermosa y cálida. Las estrellas brillaban con una actitud positiva que parecía querer decir, a quien las viera, que luchasen por sus sueños. En la oscuridad, un hombre alto, observaba en silencio el distraído caminar de una hermosa mujer de unos veinticinco años de edad.

Hacia varios meses que la venía siguiendo, por orden de esos extranjeros que lo habían comprado. Por ese motivo, él sabía que en ese momento, ella volvía a su casa después de una jornada de lo que las personas como ella, llamaban trabajo.
La mujer giró en la esquina, completamente ajena al hombre que la seguía. Él, se dio cuenta que ya estaban llegando a su departamento y se sintió aliviado al ver que, en esta ocasión, nadie la esperaba en la entrada.

«¡Por fin!»

Se dijo suspirando con alivio. Al fin había llegado el momento para cumplir con la orden. Al fin terminaría con todo eso y volvería a su hogar, en la selva amazónica, completamente apartado de todo ese mundo caótico que tanto lo incomodaba. Al fin todo volvería a la normalidad.

Vio como ella buscaba algo en su hermoso y fino bolso de cuero n3gro adornado de brillantes strass con forma de estrellas de cinco puntas. Sacó una llave y la introdujo en la cerradura de la puerta de entrada.

«Clac»

Fue el sonido que él habría escuchado de haber tenido oídos sanos para hacerlo. Vio como ella entraba a su casa y sonrió satisfecho, disponiéndose a esperar el momento oportuno para llevar a cabo la maldita orden y terminar con toda esa absurda misión.