El futuro aún estaba por escribirse, incierto en todos los sentidos excepto en uno: habrá fuego. Cuando el amanecer cerró sus ojos, se despertó envuelta en llamas: un infierno de fuego que ardía como las hojas de los zarzales. Un bosque de espinas encendido. Una visión del futuro aún por pasar. Aunque podía correr, no podía esconderse del canto fúnebre de magia negra que zumbaba en sus venas, y no podía escapar de él. Hasta el fin de los tiempos. Ningún poder en la tierra que lo altere, susurró Maléfica. Los tomos de la antigüedad hablaban de la única cura para tal dolencia: un acto de amor verdadero en su forma más pura, un tesoro que muchos arrasarían ante mil ejércitos para poseerlo, un regalo divino en nombre del cual los poetas de viejos sonetos sangraron. El verdadero amor lo conquista todo, escribieron una vez.All Rights Reserved
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