No hay nadie tan sabio y tan gentil como el Maestro. No importa que mi humilde yo cometa un error, él me disciplinará pacientemente. A veces, soy sometido a castigos irrazonables debido al capricho del Maestro, pero al final, él siempre me elogiará sin falta. Por eso debo confiarle todo al Maestro y pensar sólo en él.
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