Las manos del ojiverde se aferraban a las sábanas, jadeando mientras su cuerpo era presionado contra el pecho del mayor y su cama. La mano de Carlos se perdió entre su cabello y empujo su rostro hasta hundirlo entre las sábanas. -Sabes que ni él ni nadie puede darte lo que necesitas. 12/03/24: 55° en #16 13/03/24: 1° en #sf