La dualidad en el universo es una constante. Por mucho que se fragmente o se diversifique, siempre termina habiendo un ying y un yang, luz y oscuridad, bien y mal. Por más matices que existan, los dos polos son una realidad innegable, incluso para las dos mentes más grandes del universo. Dos amigos que decidieron crear, crear para un fin noble, crear para un fin egoísta. Ambas creaciones buscaban fines opuestos: preservar la vida y destruir a quienes intentaran erradicarla o interponerse en el primero de los objetivos.
Los amigos, separados por sus diferencias y algunos eventos que sacudieron los cimientos del cosmos, se distanciaron y sus creaciones permanecieron bajo llave durante siglos, hasta que un acontecimiento catastrófico despojaría a los creadores de sus artefactos, voluntaria o involunntariamente. Por azares del destino, ambos artilugios caerían en la Tierra, de manera intencional o no, con uno u otro objetivo. Sin embargo, no llegarían a sus dueños predeterminados, en lo absoluto.
Ahora en manos de dos jóvenes amigos, con dos vidas diferentes, con dos personalidades parecidas pero no idénticas, con perspectivas que, tarde o temprano, chocarán, aquellos relojes creados en búsqueda de la paz y la guerra, la prosperidad y el exterminio, hallarán nuevos propósitos en posesión de Ben Tennyson y Terry Gellar. Estos chicos no solo deberán investigar cuál es el origen de sus nuevos "juguetes", sino también detener a las amenazas que se ciernen sobre las personas, la tierra y el universo.
Créditos: el símbolo de los relojes de la portada le pertenece a