Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
Mateo 26: 41
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Cuando no te queda nada, ¿qué puedes hacer? Salir adelante con lo que tienes, porque hacer el mínimo, es hacer nada.
Después de haber sufrido la peor desgracia de mi vida, haber perdido a sus padres, ____ Brienne tuvo que moverse en las movidas calles de Londres, saltando de local en local, sobre todo en un tiempo tan difícil tiempo como lo son mil ochocientos, para poder sobrevivir día a día. A pesar de que no le queda ni un momento para dormir, o respirar, es lo que queda.
En una tormentosa mañana en una cafetería, le salió una oportunidad de trabajar en una lujosa mansión, la mansión más sonada: Phamtomhive, sin ella saber que aceptando, iba a sumergirse en un pasado que ella no tenía idea que estaba enterrado, descubrieron algo que sus padres habían jurado que ella en su vida iba a saber, y enamorarse de alguien que nunca debió enamorarse.
Hay heridas que el tiempo no cura. Y personas que llegan justo cuando menos puedes permitirte sentir.
Katherine no buscaba a nadie. Mucho menos a él.
Después de perder a su padre, aprender a fingir que estaba bien se convirtió en parte de su rutina. Se refugió en sus amigas, en su mundo ordenado, en la seguridad de una vida sin sobresaltos.
Hasta que la noche de la graduación lo cambió todo: una traición, un vestido arruinado... y un encuentro inesperado con un chico que no tenía ni idea de cómo dejar de provocarla.
Él era todo lo que no necesitaba.
Distante. Arrogante. Afilado.
Pero por alguna razón, imposible de ignorar.
É𝐥 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐭𝐚𝐛𝐚, 𝐲 𝐲𝐨 𝐚𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐟í𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐮𝐝𝐚𝐫. 𝐀𝐬í 𝐟𝐮𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬... 𝐘 𝐚𝐬í 𝐞𝐬𝐭á𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐚 𝐞𝐧𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬, 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥.
Un vaivén de tensión, orgullo y límites que ninguno supo cómo manejar.
Una historia de miradas que arden, silencios que pesan, y emociones que duelen más de lo que deberían.
Porque a veces, el mayor peligro...
es alguien que consigue que quieras volver a sentir.